VIDEOLLAMADA CON NUESTRO OBISPO

D. Amadeo nos convoca a través de videoconferencia 

a los diáconos permanentes, aspirantes y formadores.

   Hoy celebramos la Solemnidad del "Corpus Christi", el día de Jesús Sacramentado. El Señor nos llama a hacerlo relucir más que el sol.

   Coincidiendo con la fase final del estado de alarma provocado por la pandemia de la COVID19, el pasado día 10, nuestro Obispo, D. Amadeo, nos convocó a través de videoconferencia, tanto a los diáconos permanentes como a los aspirantes y formadores, a fin de alentar el acompañamiento que como padre y pastor está realizando con todos los sectores y comunidades de la Diócesis de Jaén.

   En estos momentos en que la vida en general, y la pastoral en particular, adquieren una nueva dimensión trascendente, se hace más necesario, si cabe, la comunión eclesial. 

     A esta reunión virtual se incorporaron por primera vez dos nuevos compañeros que inician su camino como aspirantes al diaconado, Francisco Hernández Lao y a Francisco Javier López Solier de Navas de Tolosa y Andújar respectivamente. Debían haberlo hecho hace meses, pero el inicio del confinamiento no lo hizo posible. Ahora los recibimos con gozo y pedimos al Señor por ellos y sus familias para que progresen en el discernimiento y perseveren en la voluntad de Dios. Les damos la bienvenida junto a sus esposas, Juana María Gallego Hervás y María del Mar Martínez López. También a sus hijos Francisco Javier y María; Raquel y Sergio.

     Durante el transcurso de la videollamada, D. Amadeo nos hace partícipes de una primicia: Nuestro compañero Fran Cano de Haro será admitido a órdenes del diaconado el próximo 18 de junio a las 19,30 horas en el Seminario Diocesano de Jaén. Nos alegramos y damos gracias a Dios.

      Como no podía ser de otro modo, hoy recordamos y felicitamos de forma muy especial a nuestro Obispo, D. Amadeo. Un 14 de junio de hace 50 años era ordenado sacerdote en tierras Pacenses. Nos unimos en la oración y en la enhorabuena por tal efemérides y damos gracias a Dios por habernos permitido celebrar juntos la dicha de sus Bodas de Oro sacerdotales. Ojalá nos permita la providencia poder felicitarle muchos más. 

       Sirva esta imagen suya de aquel día, revestido aún de diácono, para expresarle nuestro afecto.

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