martes, 26 de diciembre de 2023

ADMIDSIÓN A ÓRDENES PARA SEIS CANDIDATOS AL DIACONADO PERMANENTE

El Obispo preside la admisión a órdenes de seis aspirantes al diaconado permanente

 En el día en el que la Iglesia celebra a San Esteban diácono y primer mártir de la cristiandad, la Catedral de Jaén ha acogido la admisión a órdenes de seis aspirantes al diaconado permanente: Manuel Rico Teba, Juan Pablo Molina Rueda, Miguel Ángel Fernández Cruz, Francisco Javier López Solier, Francisco Esteban Hernández Lao y Joaquín Messía Alarcón.

La celebración que comenzaba a las 12 horas, ha estado presidida por el Obispo de Jaén, Don Sebastián Chico Martínez, y concelebrada por sus párrocos; los sacerdotes responsables de la formación del diaconado permanente en la Diócesis, D. José Antonio Maroto, D. Juan García Carrillo y D. Jesús Millán Cubero; y algunos miembros del Cabildo Catedral.

Los aspirantes han estado acompañados, además, por sus familiares, amigos y miembros de sus comunidades parroquiales; así como por algunos seminaristas y por los cuatro diáconos permanentes de la Iglesia de Jaén: D. Andrés Borrego, D. Jesús Beltrán, D. José Bellido y D. Francisco José Cano.

Las lecturas y las ofrendas han estado participadas por las familias de los aspirantes. El Evangelio ha sido proclamado por uno de los diáconos, D. José Bellido. Y la capilla musical ha corrido a cargo del coro que dirige el organista de la Catedral, D. Alfonso Medina.

Antes de la homilía, D. José Antonio Maroto llamó a los candidatos que se presentaron ante el Prelado. Así, Don Sebastián confirmó ante toda la asamblea sus informes favorables. Posteriormente, los interrogo sobre su compromiso para continuar su camino vocacional hacia el diaconado permanente. Para concluir: “La Iglesia acepta con alegría vuestro propósito. Dios lleve a buen fin lo que él mismo ha comenzado en vosotros”.

Homilía
Durante su homilía, en este segundo día de la octava de Navidad, el Obispo subrayó que contemplar la figura de san Esteban en este día es reflexionar sobre su ejemplo de valentía y fe inquebrantable. Así como él, nosotros también estamos llamados a enfrentarnos a las dificultades de la vida con coraje, recordando que nuestra fe nos guía hacia el amor misericordioso de Dios”.

Del mismo modo, dirigiéndose a los candidatos les dijo: “dentro de un tiempo, si así es la voluntad de Dios, seréis instituidos ministros para anunciar el Evangelio, instruir a las comunidades cristianas y promover el servicio de la caridad en la familia del Pueblo de Dios”. “¡Qué grandeza y qué gran don recibiréis en ese momento, que configurará plenamente vuestra vida con Cristo servidor!”En este sentido, Don Sebastián señaló a partir de este momento, “debéis esforzaros más por ajustar vuestra vida cada vez más perfectamente al espíritu evangélico. Es decir, dejar actuar la gracia de Cristo en vuestra vida que os irá ajustando a su Corazón de Siervo. Para ello, fortaleced y ejercitad la fe, la esperanza y la caridad, creced en el espíritu de oración, y, por último, sintonizad con el Corazón del Señor, de manera que cada día tengáis más “celo por ganar a todos los hombres para Cristo”. Además, quiso recordarles que es el mismo Cristo quien los llama.

El Pastor diocesano quiso terminar su predicación dándole gracias a cada uno de ellos, por su respuesta generosa.

Durante la oración de los fieles, que fue participada, también por sus familiares, los candidatos al diaconado permanente se situaron ante el Prelado y ante todo el pueblo, como objeto especial de esta oración. Al término los aspirantes se pusieron de rodillas ante el Obispo, y éste concluyó las preces diciendo: “Señor, dígnate conceder a estos siervos tuyos que conozcan y vivan cada día más el ministerio de tu amor: Haz que se preparen con empeño para ejercer en la Iglesia el ministerio sagrado, para que, imbuidos del espíritu de tu amor, se consagren con afán a la salvación de los hermanos para gloria de tu nombre. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén”.

Finalmente, y tras la bendición final, el Obispo quiso felicitar a los seis aspirantes, así como a sus familias y comunidades parroquiales. La celebración eucarística culminaba con unas fotos de familia, a los pies del altar.  (Fuente: página de la Diócesis de Jaén)