Francisco Esteban Hernández es ya servidor de la mesa y de los pobres
En la tarde del pasado domingo veintitrés de junio, D. Francisco Esteban Hernández Lao ha sido ordenado Diácono por el Obispo de Jaén, Don Sebastián Chico Martínez, en la Parroquia de la Inmaculada de Navas de Tolosa.
Una tarde calurosa no solo por las altas temperaturas sino por el entusiasmo recibido por Francisco en el día de su ordenación, que fue acompañado además de por Don Sebastián, por D. Jesús Millán, Vicario territorial de Jaén y Mágina y formador del Diaconado Permanente; D. Ildefonso Rueda, Vicario territorial de Alcalá, Martos-Torredonjimeno y Arjona; D. Manuel Ángel Castillo, Vicario territorial Andújar, Bailén-La Carolina y Linares; D. Antonio Lara, Delegado de Pastoral Litúrgica y Sacramental y Canónigo de la S. I. Catedral; D. Raúl Contreras, Delegado del Clero y D. José Antonio Maroto, Director del Secretariado para el Diaconado Permanente, además de un número importante de sacerdotes Diocesanos, Diáconos, compañeros en formación, seminaristas, religiosas, así como familiares y amigos que forman su comunidad.
Homilía
Monseñor Chico Martínez comenzó su predicación explicando el origen del Diaconado Permanente: “La palabra «diácono» proviene del griego «diakonos», que significa «servidor». El diaconado tiene sus raíces en los primeros días de la Iglesia, cuando los Apóstoles, enfrentados Al aumento de los creyentes en la comunidad cristiana y a la necesidad de cuidar de los más vulnerables, y para poder seguir dedicándose a la oración y la predicación, eligieron a siete hombres llenos del Espíritu Santo y de sabiduría para servir a las comunidades cristianas”, expresó.
Después, dirigió unas palabras muy emotivas y significativas a Francisco: “Te vamos a ofrecer dos regalos, una jofaina y una toalla, como símbolo de tu nuevo Ministerio, al servicio de la Iglesia y de los hermanos”.
Dirigiéndose al que minutos después iba a ser ordenado, le dijo: “Francisco, el Señor te ha llamado para estar con Él y con los hermanos, para servirle a Él y a su pueblo. Y para ello, hoy, por el sacramento del Orden, te confiere el don divino de vivir la diaconía en forma permanente, y te configura con Cristo Servidor de todos los hombres, mediante la gracia que se va a derramar, por la imposición de mis manos y la Plegaria de Ordenación, el Espíritu Santo para que seas instrumento de Cristo en favor de su Iglesia”.
El Prelado, con sus cercanas palabras, destacó el gran trabajo que desarrolla el equipo de formadores del diaconado, D. José Antonio Maroto, D. Juan García y D. Jesús Millán, a lo largo de todo el año nombrando y saludando a cada uno de ellos “gracias por vuestro esfuerzo y dedicación”,animándolos a seguir el camino que Dios le ha marcado.
Don Sebastián con la alegría de ser Padre y Pastor de la Iglesia en Jaén, dio gracias al Señor por el regalo que ha hecho a nuestra Diócesis con la ordenación de un Diácono Permanente y nos emocionó a todos los presentes cuando dijo en su homilía que era la primera vez que ordenaba a un Diácono: “Me gustaría decir que para mí es un honor ordenar por primera vez a un Diácono Permanente. He ordenado a un sacerdote pero no a un Diácono y lo mismo que tengo un precioso hilo de unión con aquel primer sacerdote al que ordené, ahora me une a ti Paco un hermoso hilo que nos vinculará a los dos en el tiempo”.
El Obispo de Jaén Sebastián nos recordó a todos los presentes que el Diaconado Permanente es el Ministerio del “servicio” y lo dejo muy claro cuando alentó a Francisco con las palabras del Evangelista Mateo: “El Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir”, significando el verdadero sentido del nuevo itinerario que su vida iba a tomar, a la vez que le recordó los tres pilares de la diaconía: la Liturgia, la Palabra y la Caridad.
Rito al diaconado permanente
Después de la homilía, D. Francisco Esteban Hernández Lao se situó ante el Obispo, que lo interrogó para saber si quería consagrarse al servicio de la Iglesia. Seguidamente, se arrodilló ante Don Sebastián para prometer obediencia ante él y sus sucesores.
Posteriormente, se postró en el suelo, ante el altar mayor, mientras se cantaban las letanías de los santos. El momento más importante del rito llegó con la imposición de manos del Pastor diocesano sobre Hernández Lao, que quedaba, así, ordenado diácono permanente, bajo la acción del Espíritu Santo. Finalmente, tras ser revestido con la estola diaconal, Don Sebastián le entregó los santos Evangelios.
Ya como diácono permanente, D. Francisco Esteban se encargó de ayudar en el servicio del altar, anunciar el momento de la paz y, también, despidió al pueblo. Además, los familiares y amigos del diácono permanente pudieron recibir la comunión de sus manos.
Al término de la celebración Francisco visiblemente emocionado, conocedor de la Gracia recibida, dirigió unas palabras de agradecimiento a los presentes, muy especialmente a Dios por el don recibido y a DonSebastián por su acompañamiento y hermosas palabras, sin olvidar a su familia, el pilar más importante en el que apoyarse para desarrollo de su Ministerio.
Manuel Rico Teba
Candidato al Diaconado Permanente